Día Internacional del Suelo: Clave para la Mitigación del Cambio Climático y las Políticas Ambientales Sostenibles
- Mar Zamora
- hace 6 días
- 2 Min. de lectura
El 5 de diciembre, el Día Internacional del Suelo pone en el foco un recurso estratégico para la acción climática y la formulación de políticas ambientales. Lejos de ser un mero soporte físico, el suelo es uno de los principales sumideros de carbono del planeta, capaz de almacenar más carbono que la atmósfera y la vegetación combinadas. Su manejo adecuado resulta determinante para alcanzar los objetivos de mitigación del cambio climático establecidos en acuerdos internacionales como el Acuerdo de París y los ODS, especialmente el ODS 13 (Acción por el clima) y el ODS 15 (Vida de ecosistemas terrestres).
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Suelos sanos como herramienta climática
El secuestro de carbono en los suelos depende de su contenido de materia orgánica, estructura y biodiversidad. La degradación—que afecta a aproximadamente un tercio de los suelos del mundo—reduce drásticamente su capacidad para almacenar carbono, acelerando la emisión de CO₂ y agravando la vulnerabilidad frente a eventos climáticos extremos. Por ello, las estrategias de agricultura regenerativa, la reducción de la labranza y la gestión integrada del paisaje están ganando relevancia en las políticas públicas.
Implicaciones para la gobernanza ambiental
Los marcos regulatorios contemporáneos incorporan cada vez más la conservación del suelo como pieza clave en la lucha climática. Instrumentos como los planes nacionales de adaptación, las normativas de control de la erosión, los incentivos para prácticas agrícolas sostenibles y los mecanismos de pagos por servicios ecosistémicos se están convirtiendo en herramientas esenciales para proteger la funcionalidad del suelo.
Hacia una política de protección del suelo más robusta
Fortalecer la resiliencia climática requiere integrar la salud del suelo en todas las escalas de la planificación ambiental: desde la ordenación del territorio hasta los sistemas agroalimentarios. La inversión en restauración de suelos degradados, monitoreo de carbono orgánico y mejora de políticas de uso del suelo es crítica para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
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