NOS HA "DAO" UN SIROCO
- Mar Zamora

- 17 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Ayer, me llegó al móvil uno de esos mensajes muchas veces reenviados, en el que solo aparecía texto y nada de imágenes. Solo eso me animó a leer con atención, pues además el título me sugería que podría ser interesante.
Llevamos unos días de cielo anaranjado en un contexto bélico y con las mascarillas muy presentes en las calles...La verdad, daba miedo, pues la amenaza de los imbéciles está más presente que nunca en nuestro día a día.
Pero no se trataba de nada espeluznante ni mortífero, todo lo contrario, ese cielo superpuesto a un filtro rojo es nuestra conexión más patente con ecosistemas extremos que deben existir para fertilizar a otros en un equilibrio tan sutil y hermoso que obviamente no entendemos. Tampoco nos lo cuentan en las noticias. Simplemente, para nosotros, es un impedimento más en las urbes grises que intentamos adornar con flores. EL SIROCO.
Comparto aquí el mensaje, del que no tengo la fuente ni autora o autor, con el ánimo de darle más difusión, pues este tipo de información, nos da esperanza en estos días.

Imagen cogida de: http://blog.intef.es/leer.es/WEB_MemoriadelosVientos/02etimologia.html
"Esta mañana en Europa millones de personas se han levantado viendo sus vehículos y casas llenas de un polvo rojizo bajo un cielo espeso. Y sí, vuelve a ser cosa de biólogos, porque gran parte de eso se llama aeroplancton y lo estudia la Aerobiología.
Estamos acostumbrados a oír hablar del plancton en un contexto marino; plancton deriva del griego antiguo plagktós que significa errante.
Pues bien, hay también plancton en el aire.
Por definición son criaturas que son llevadas por las corrientes o vientos de forma pasiva, es decir, en el mar no se mueven nadando y en la atmósfera no vuelan de forma activa… pero viajan como polizones agarrados literalmente a granos de arena a menudo desde el mismísimo Sahara.
Estos vientos tropicales secos y calientes que parten del norte de África hacia el noreste se conocen por barios nombres, el mas popular es siroco con su equivalente catalán xaloc y castellano jaloque, que parecen provenir del árabe antiguo hispano saláwq y a su vez del latín salum que significa “agitación o viento del mar”.
En Marruecos, Argelia y Túnez se llama chili.
El mayor siroco registrado en la historia ocurrió precisamente en marzo de 1901, o sea que no les vengan con el Cambio Climático, cuando más de 2 millones de toneladas de arena del desierto del Sahara llegaron incluso a las islas de Dinamarca.
El fenómeno se da cuando se produce una depresión sobre el mar que succiona el aire de las alturas de la Cordillera del Atlas. Puede producir variaciones de temparetura de hasta 20º C en un solo día.
La aerobiología estudia a las criaturas errantes del aire que por supuesto viajan en estas masas miles de kilómetros llegando hasta el norte de Europa e incluso fertilizando con fósforo y otros elementos esenciales a la mismísima cuenca amazónica, cuyo suelo es enormemente pobre.
Si, la selva del Amazonas existe en parte gracias al polvo del Sahara, que cruza el Océano Atlántico en una semana aproximadamente.
Entre esas criaturas del aerobioma hay algas unicelulares, esporas de hongos, bacterias, eso que llaman “virus”, polen de plantas superiores, protozoos, rotíferos, nematodos, tardígrados, arácnidos e insectos.
Pero también hay murciélagos y aves que se meten en el torbellino y aparecen a miles de kilómetros.
Lo mas sorprendente es lo que descubrió el biólogo ruso Alexander A. Imshenetsky cuando envío cohetes a 80 Km de altitud para tomar muestras y encontró dos especies de bacterias (Micrococcus albusy y Mycobacterium luteum) y cuatro de hongos en una zona de intensa radiación ultravioleta, temperaturas de menos 100ºC y gran ionización de gases donde no debería haber vida en absoluto.
Ahora sabemos que los desiertos emiten cada año unas 5.000 millones toneladas de polvo formando autopistas aéreas que fertilizan y siembran vida por todo el hemisferio norte.
Desde antiguo se sabe que el jaloque afecta al humor de los seres humanos; aún se usa la frase “le dio un siroco” para expresar que alguien hizo alguna locura violenta.
En canarias tienen claro, eran días para estar tranquilito en casa, no hacer deporte ni hacer enfadar a nadie. El aire seco, el polvo y el cielo opaco producen un efecto oscuro en nuestra psique.
Así que cuando pase usted la mano por su coche hoy sepa que está tocando literalmente un trozo del mítico Sahara lleno de criaturas."


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